PATRIA DE CADA DÍA
Cada uno en el rumor de sus talleres
a diario la patria se fabrica.
El carpintero la hace de madera
labrada y de virutas amarillas.
El albañil de yeso humilde y blanco
como la luz. El impresor de tinta
que en el sendero del papel se ordena
en menudas hormigas.
De pan y de sudor oscuro el grave
campesino. De fría
plata húmeda y relente
el pescador. El leñador de astillas
con forestal aroma cercenada.
De hondas plumas sombrías
el minero. De indómitas verdades
y hermosura, el artista.
Cada uno hace la patria
con lo que tiene a mano: la sumisa
herramienta, los vivos materiales
de su quehacer, un vaho de fatiga,
una ilusión de amor y, al fin, la rosa
de la esperanza, aún en la sonrisa.
Leopoldo de Luis
(1918-2005)
Un gran poeta, observador y sagaz que ve en los humildes el renacer de una patria fuerte honrada y sin mentiras, está forjada a duro golpe de herramienta, sin importarle una bandera que no sea la suya o una historia negra superpuesta por cobardes, eludir el trabajo es de vagos cobardes, y gentes que fingen estudiar sin servir para ello, bellos corceles empujados por el poder de sus padres y que a falta de ellos se convierten en piojosos rocines. EGM.
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